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Experiencia de una persona después de realizar las 10 sesiones de Rolfing

 

"Recuerdo mi primera sesión de Rolfing como una experiencia fantástica y transformadora para mí. Supongo que, por hábitos adquiridos a lo largo de los años, había acabado adoptando una postura corporal en la que mis hombros estaban permanentemente hacia arriba en lugar de estar relajados y hacia abajo, sintiendo el peso de la gravedad. 

 

La tensión que me generaba el llevar los hombros hacia arriba me producía dolores en la zona de los trapecios y tenía que visitar frecuentemente al fisioterapeuta para liberar tensión, pero el alivio me duraba como mucho un mes.

 

El masaje que te proporciona el Rolfing debe ser a un nivel más profundo porque, tras la primera sesión, se me produjo una liberación de la tensión acumulada en mis hombros que, por primera vez en años, estaban sin tensión y sintiendo el peso de la gravedad. La sensación fue increíble, muy liberadora, como si me hubieran quitado un peso de encima. 

 

Durante las siguientes sesiones, hasta terminar el proceso, fui sintiendo diversos cambios en mi postura corporal. Al caminar, en lugar de mirar al suelo, empezaba a mirar hacia los lados, se amplió mi ángulo de visión, caminaba más erguido y al sentarme lo hacia, por primera vez, sobre mis isquiones. 

 

A nivel anímico fué también muy interesante. Al reducirse mis tensiones corporales, me sentía más ligero. Por otro lado, se reforzó la seguridad en mí mismo al tener una mejor postura corporal." 

    

Rafael, abogado y empresario (Septiembre 2015)

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